sábado, 1 de junio de 2013

Estudio Ghibli: El Castillo Ambulante

                          El Castillo Ambulante




El castillo ambulante explora diversos temas habituales en la literatura. Éstos incluyen el destino, la juventud, el valor y el amor. Los dos primeros son centrales en el desarrollo de Sophie, la protagonista. Desde el principio, su idea del destino le hace creer que está condenada a fracasar por ser la mayor de tres hermanas. Esto contrasta con la actitud de Howl, que se ve como el dueño de su destino, sin preocuparse de lo que la sociedad piense de él ni de lo que las convenciones exigen. El fracaso que Sophie ve en sí misma se refleja en el hechizo de la Bruja del Páramo, que transforma a Sophie en una anciana poco agraciada. Sophie, al ser transformada en anciana, no quiere verse delante de su madre o de sus hermanas. Por tanto, viaja a los Páramos, guiada por un espantapájaros, llamado por Sophie, Navé. Este, la lleva al Castillo de Howl. Allí, conoce a Calcifer, un demonio del fuego. Calcifer le dice a Sophie que si quiere deshacer el hechizo, que le ayudara a saber qué cosa le unía a Howl. Sophie, aceptó. Rato después, conoce a Marco, el aprendiz de Howl. Ella, viendo que no había nada decente para desayunar, decide cocinar unos huevos con panceta. Calcifer, se negaba a cocinar, pues decía que el único que podía cocinar con él era Howl. A Sophie la dio igual. Al poco rato, aparece Howl. Howl, le pregunta a Sophie quién era. Sophie dijo que la llamara Abuela Sophie. Era la nueva criada. Howl aceptó que se quedara. Cogió la sartén y la pidió a Sophie que la diera dos lonchas de panceta y otros seis huevos. Al cocinarlo todo, se ponen a comer. Cuando estaban comiendo, Howl le pregunta a Sophie: ¡Bien Sophie! ¿Que llevas escondido en el bolsillo? Sophie, sacó un papel rojo, que resultó ser un hechizo de la Bruja del Páramo, que decía: Tú, te tragaste una estrella fugaz, hombre sin corazón. Pronto, el tuyo me pertenecerá. Howl, decidió que esto no era bueno para la mesa, y borró la marca. Pasado el rato, Sophie se hartó de ver que de ahora en adelante se hiba a quedar en una auténtica pocilga, pues el castillo estaba hecho una porquería. Sophie se puso a limpiar. De las paredes y del suelo salían arañas, bichejos, ratones, ratas... Cuando Sophie llegó a la parte de la chimenea, Calcifer se estaba apagando. Sophie le ignoró, cogió unas tenazas y alzó a Calcifer. Calcifer se cayó en una especie de taza. Howl, aparece de pronto, y aviva a Calcifer. Howl le pide a Sophie que no atormentara a Calcifer. Un poco después, Howl le pide a Calcifer que le calentara el agua para un baño. Calcifer se quejaba diciendo que él era el único que trabajaba en el castillo. Un poco después, Howl sale gritando desesperadamente, señalando a su pelo. Estaba naranja, después morado, y por último negro, en vez de rubio, cómo lo tenía antes. Sophie, estaba un tanto asustada, pero dijo que el color que tenía le sentaba muy bien. Howl no dijo nada, y se empezó a rodear de una especie de gelatina verde. Marco y Calcifer se quejaan diciendo que Howl parara, porque si no, les mataría a todos. Sophie pensó que si quiezá le mojaban, recuperaría su aspecto original. Le llevaron al baño. Después, Sophie fue a la habitación de Howl. Su habitación estaba llena de juguetes y cosas que parecían ser artefactos mágicos. Sophie le dijo a Howl que si quería un poco de leche, pues se necesitaba recuperar. Howl se negó. Sophie le empezó a preguntar a Howl que le pasaba, por qué estaba tan deprimido. Howl le contó a Sophie que tenía que ir a ver a Madame Súliman, pero que era demasiado cobarde para ir. Sophie, le dijo a Howl que diera la cara y que dijera que la guerra que habían comenzado no tenía sentido. Howl dijo que no tenía ni la menor idea de cómo era de estricta esa gente. Sophie dijo que simplemente no asistiera. Howl la mostró a Sophie el contrato de la academia de magia, que le obligaba a asistir a todas la invitaciones reales. Sophie dijo que r¡era una cosa absurda. Howl dijo que estaba de acuerdo. Howl tuvo una idea. Decía que ella se hiciera pasar por la anciana madre del Mago Péndragon, y que ella se fuera al castillo, y él la seguiría disfrazado. Sophie, no pudo decidir, y seguidamente aceptó. Howl le trajo a Sophie un bonito vestido, y ella se puso el sombrero que siempre llevaba, y Howl decía que se las había ingeniado para conseguirla un vestido bonito, y que estaba estropeando su belleza con ese estúpido sombrero. Sophie no escuchó, y directamente se fue sl castillo del Madame Súliman. Ella, de camino, se encontró con un perro, el que parecía ser Howl. Sophie le preguntó al perro si era Howl. El perro tosió, y para Sophie eso era un sí. Cuando iba de camino, se encuentra con un carruaje tirado de unos seres babosos con unos elegantes trajes. No había duda, era el carruaje de la Bruja del Páramo. Sophie, al darse cuenta, la ignoró, pero se abrió la cortina, con la Bruja del Páramo dentro. La Bruja le decía a Sophie que qué tal con su nuevo cuerpo. Sophie, le dijo que por qué no deshacía el hechizo. La Bruja del Páramo dijo que sólo sabía hacer hechizos, no deshacerlos. Sophie se adelantó y dijo: ¡¡Pues ponte a estudiar!! Cuando llegaron al castillo, había una buena hilera de escaleras. Unos guardias la dijeron a la Bruja del Páramo que los vehículos no estaban permitidos a partir de ese momento. Sophie y la bruja del Páramo empezaron a subir las escaleras. Sophie, vio que el chucho no subía. Sophie alzó al perro y subió las escaleras con él. Sophie estaba indignada. ¿Cómo un mago cómo Howl de tan fino y educado podía hacer trabajar a una mujer de noventa años? Sohie pensó que aunque fuera un fastidio le hacía un favor a Howl. La Bruja del Páramo no se lo tomó tan a la ligera. La Bruja estaba demasiado fofa cómo para subir esas escaleras. Cada paso que daba, parecía hacerse más débil y mas vieja. Sophie subía cómo una rosa, pero la Bruja del Páramo no, para ella era la cosa más complicada del mundo. Sophie le decía a la Bruja que parara de subir, de lo contrario moriría. La Bruja dijo que había estado esperando una invitación real unos 50 años, y que ahora que la habían invitado sería una deshonra por su parte no asistir. En cuanto terminaron de subir, fueron escoltadas por un joven. La Bruja del Páramo al ver un sillón, no asistió a la estancia con el joven, sino que se quedó en el lugar dónde estaba la silla. El perro, guió a Sophie hasta dónde estaba Madame Súliman. El perro, cuando guió por completo a Sophie a dónde estaba Madame Súliman, el perro se colocó debajo del trono de Madame Súliman. Sophie dice: ¡Howl! ¡Vuelve aquí! Esto alertó a Madame Súliman y dijo: Bienvenida, señora Péndragon. Este no es Howl, sino mi perro Heen. Espero que no la haya causado muchas molestias. Sophie se presentó. Después Madame Súliman explicó que Howl era su mejor alumno y con diferencia. Después, sacó el tema de la guerra, y dijo que Howl debía combatir. Sophie no se pudo resistir y gritó: ¡Esta guerra es absurda! ¿Es que no es dáis cuenta? ¡Esta guerra no tiene sentido! ¡Además, no obligue a Howl a combatir! ¿¡Quién sabe si vivirá o no!? Según hablaba Sophie, se iba haciendo más joven. Hasta llegar al punto de convertirse en la joven Sophie de 18 años. Madame Súliman dijo: Vaya. Howl tiene una madre demasiado joven. Además, está enamorada de él, ¿Verdad, Sophie Hatter? Sophie dio un brinco y volvió a ser la anciana Sophie de 90 años. De repente, se oye el sonido de un helicóptero, y de allí sale un hombre. Ese era el definitivo Howl. Madame Súliman dijo que ya era hora de enseñarle a su madre lo que en verdad era. Sophie se percató de que Madame Súloman atraía los Magos con una convocación real y luego les arrebataba los poderes. De repente, Howl se convierte en una especie de pájaro, y por último en una arpía. Howl cogió a Sophie con la poca voluntad que le quedaba, y la dio su anillo, y la montó en el vehículo. Dijo que el anillo que la había dado la guiaría ahsta el castillo. Howl concedió a Sophie unos momentos de invisibilidad. Sophie montó en el helicóptero a Heen y a la Bruja del Páramo, y partieron hacia los Páramos. Al llegar a los Páramos, encontraron el Castillo. Pero ahora venía lo difícil: ¿¡Como leches iban a aterrizar sin hacer añicos el castillo!? Pues estaba claro que no había ningún modo. ¡¡Allá van!! El helicóptero se estrelló contra el castillo. Marco y Calcifer, que estaban dentro del Castillo, se llevaron un susto de buenas a primeras. Cuando Sophie bajó del helicóptero, pidió a Marco y a la Bruja del Páramo que la ayudaran a sacar el helicóptero de ahí. Navé, también ayudó. Marco, Navé y Heen tiraron de una cuerda, y Sophie de otra para sacarlo de la pared. Sophie pegó una patada al helicóptero y lo sacó de ahí. Luego, se abre la puerta y aparece Howl. ¡Vaya! ¿¡La Bruja del Páramo y el perro de Súliman en MI CASA!? ¡Ja ja ja ja! ¡Bueno! ¡Pues vamos a mudarnos pues! Parece que la familia sigue creciendo. ¡Venga! ¡Ayúdame, Marco! Decía Howl sin cesar de reír. Howl, hizo en el campo una especie de marca, y luego le dijo a Calcifer que pusiera el castillo sobre ella. Después, Howl hizo otra marca dentro de la casa, y cogió a Calcifer. Howl cerró los ojos y la casa empezó a cambiar. ¡Ahora estaban en la casa de Sophie! Howl enseñó a todos la nueva casa, había un baño más, una habitacion más... Y por último, Howl le pidió a Sophie que fuera con él. La enseñó que había una nueva señal en la casa, y era la rosa. Esa puerta daba a un gran campo lleno de flores. Howl dijo que era un regalo para Sophie. Sophie se ruborizó, y después fue caminando junto a Howl. Cuando llegaron a una laguna, Sophie dijo: ¡Esto es precioso Howl! ¡Me encanta! ¡Es un regalo muy bueno para una criada! Aunque no sea guapa, y sólo sirva para  limpiar... Sophie, se había convertido en la joven Sophie de 18 años de nuevo. Howl, después dijo que era preciosa. Eso alertó mucho a Sophie, y se volvió a convertir en la anciana Sophie. Howl después enseñó una casita, y contó a Sophie que allí es dónde pasaba todo el tiempo. Sophie dijo que estaba muy solo la mayor parte del tiempo. Howl dijo que se podría deir que sí.

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